¡Ay Señor! todavía me estoy riendo. Soy mala. Muy mala. He vuelto a tomar las famosísimas y esperadísimas clases de preparación al parto. Y sólo me queda decir: SOY MALÉFICA PERSONIFICADA. Vayamos por partes: he llegado tarde a las clases que organiza la Seguridad Social. Y por tarde no me refiero a la hora, si…
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