En casa habemus tres monstruos come-galletas. De hecho, las galletas son una de mis debilidades. Me apetecen a todas horas, desde para desayunar, para picotear entre mañana y si me has leído sabrás que antes de irme al hospital a parir a mis hijos siempre pido “galletas para mojar en un vaso de leche”. ¡Excentricidades…
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