Cuando todo va mal, aún puede ir peor

Soy novata. Novatilla. Estoy en los inicios de convertirme en “blogger” y conquistar el mundo, pero me queda claro que cuando algo va mal siempre puede ir a peor.

No lo entiendo. Será que es parte de la inauguración del desmadre pero estos días no han sido normales. Se que con la maternidad nada lo es, pero fue estrenarme en el blog y descubrir el lado oscuro del verbo desmadrear.

Estaba yo tan tranquila escribiendo un post, aprovechando que Critter estaba dormida y que Don S tomaba su café mientras esgrimía una batalla mortal con la Xbox, cuando a lo lejos escuché un llanto bestial. El periodo de ensoñación de la pequeña había terminado antes de lo que yo había podido escribir el post.

Corte a: momento para espabilar a la reina del desmadre, besos, abrazos y todo eso para luego proceder a depositar a la pequeña en el suelo a que destroce lo que queda del parquet de madera con los martillazos de su nueva maraca para poder hacerle su merienda.

Me levanto a la cocina y al volver veo que mi hija ha decidido seguir mis pasos y ser blogger. En todos los sentidos. “Click, click, click” vamos que si estuviera cobrando CTR en mi blog me hubiese hecho millonaria ya que mi niña decidió bombardear a mis únicos 3 seguidores del momento con 17 posts de la misma entrada. Chicos eso fue un detallazo con todo el cariño de la Critter. ¡No me odien ni me borren! Ya lo he corregido.

Le quito el ordenador al instante con mirada de Mala madre y no puedo dejar de reírme de tan tonto error. Don S se rie de mi y continúa con su partida “matatodo” del Xbox. Errores de blogger y madre primeriza. ¡Todo fuera como eso!

El silencio se apodera de la guarida.

Toda madre primeriza debe temer este momento tan delicioso que suele durar unos nanosegundos pero que hace que las galaxias se alinean, los agujeros negros aparezcan y hagan de tu universo un infierno.

Don S- “Huele a caca ¿ya la has cambiado?”

Mala madre- “Antes de la siesta la cambié“.

Don S- “Pues habrá hecho más por que huele mucho a caca“….Silencio….”Sniff Sniff“….ruidos de olisqueo y en eso un grito: ¡Pero qué es esto!

Mala madre vuelve su mirada en cámara lenta a Don S, éste se levanta poco a poco del sofá y tira de golpe el mando de la Xbox al piso (señal inequívoca de que aquello era una emergencia pues dejar una jugada sin poner pausa significa muerte asegurada en todo sentido). Don S grita en cámara lenta: “NOOOOOOOO”….

Se oyen risitas.

Dirijo la mirada hacia abajo y me encuentro con la Critter sonriendo con la carita llena de chocolate y las manos batidas.

El día de hoy mi hija ha descubierto su verdadera vocación.

Ha cogido el pañal lleno de caca que había dejado en el sofá, lo ha abierto y ha hecho un dibujo hermoso en mi piso de madera espolvoreando mis cojines del sofá y dejando “huellas” de sus manos como firma a tan sútil obra artística.

Cualquier exageración es poca. Hubiera querido tomar foto pero en vez tuve que tomar a la niña rápidamente, entregar como producto altamente tóxico al padre en cuestión, coger toallitas (¡benditas toallitas!) y ponerme a restregar todo el salón pues a ver quién hubiese usado la fregona que luego eso ¡hay que tallarlo!

En tres segundos comprobé que a las madres nos salen tentáculos cuando se necesitan refuerzos pues con dos manos cargué niña, borré la obra de arte, la desvestí con la boca y la sumergí en agua para diluir todo rastro.

¡Para que luego los críticos de obras contemporáneas hablen de MIERDAS!

Cuando todo va mal, aún puede ir muuucho peor.

Imagen vía Sherrie Thai