Intercomunicadores que hablan…

A las primerizas, unas de las cosas que nos emociona más es el frenesí multicompra que nos entra ante la llegada del primer bebé. Uno debe de averiguar en todo foro cuáles son los productos indispensables (y los no tanto) que debemos de tener para que la llegada del bebé sea perfecta.

Un artículo en especial en el que pasamos horas y horas investigando el el vigilabebés o los intercomunicadores. Debo confesar que en primera instancia me decanté por el Angel Care pues qué agobio me entraba de tan sólo escuchar el término “muerte de cuna”. Este aparatejo cuenta con una placa que se coloca debajo del colchón del moisés y detecta cualquier movimiento. Así digamos que hay una doble vigilancia: movimiento y respiración.

Lo que no avisaron en las letras pequeñas de dicho aparato, es que la muerte de cama les entra a los padres por novatos. Como buenos primerizos, uno lo pone en la sensibilidad máxima para escuchar todo intercambio gaseoso y expulsión de CO2 del pequeño.

A las 4 de la mañana cuando uno tiene que destetarse o preparar biberón (sea cual sea la cuestión uno es digno personaje de The Walking Dead), se procede a levantar al crío lloricoso con todo cuidado de no hacer más ruido para no levantar al prójimo y en eso: BEEEEEEEP BEEEEEEP BEEEEEEP- el intercomunicador suena como si estuviesen robando La Casa Blanca- pudiendo provocar la muerte del padre o madre en cuestión por pensar que el intercambio gaseoso del pequeño ha cesado.

No importa que el bebé esté en tus brazos perfectamente viva y llorando a todo pulmón. El susto que se meten ambos padres a las cuatro de la madrugada es lo más cercano al flatline que he podido estar.

Así fue como después de varios sustos y ataques agudos al miocardio por la maldita alarma decidimos cambiar el regalo de la buenasuegra (obvio mi mamitachula) y comprar un monitor de esos normalitos .

El nuevo intercomunicador nos ha salido bastante bueno. Fuera de que de repente oigo respiraciones cuando mi hija esta despierta a mi lado y no hay nadie más en la casa, no he tenido ningún otro problema. Tiene muy buena cobertura y lo más genial de todo: tiene música y puedo hablarle a mi hija pues funciona como walkie-talkie.

Esto ha sido la bomba: cada vez que tiene un pequeño despertar- acciono la música, dos vueltecitas y listo.

Pues eso señores, este fin de semana pude percatarme de la gran calidad de intercomunicador que tenemos cuando al estar de visita en casa de los suegros y después de haber cenado fabada (imagínense como añoraba tener un minuto a solas) me levanté de la eterna sobremesa sigilosamente so pretexto de ver cómo estaba la minibestia.

Entre al cuarto y  aproveché para darle santa sepultura a una fabadita que se fue al cielo. Uno de esos ruiditos que se escuchan cuando se deshincha un globo de helio se pudo escuchar silenciosamente. Lo bueno es que el cuarto de la bestia esta en el segundo piso, lo malo: dejé el intercomunicador en la sala.

Aplausos.

Se acciona la música- conmigo en el cuarto dentro y sólo escucho por el walkie talkie la voz de mi Santo: “te ponemos musiquita para que no oigamos tu orquesta”.

Moraleja: todo vigilabebé tiene una pinza para colocarse en la cintura- SIEMPRE llevarlo puesto encima. Los intercomunicadores revelan todo “intercambio GASEOSO”.

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19 Comments

  1. 1

    Jajaja jajaja que bueno que no tuve de esos vaya que son indiscretos, mi cuñada me regalo el suyo lo ocupe un par de veces porque oía ruidos raros que no coincidían con los propios del crío y luego de ver Señales :O menos los guarde.

  2. 2
  3. 4
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  5. 8

    Te está bien empleado por CENAR fabada! A quién se le ocurre!!!! XDDDD

    • 9
      • 10

        Como buen asturiano, no solo disfruto de la fabada sino que la cocino con un nivel excelso! Pero no la cenaría jamás de los jamases… 🙂

  6. 12

    jajajaja, buenísmo el post! Me he reido muchísimo. Es un buen consejo sí. Yo debo ser rara pero siempre pasé del aparato este, compré uno baratito y sólo lo usé una vez porque me despierto muy fácil, con cada movimiento que hace. La oigo perfectamente desde su habitación que está justo al lado.
    Un abrazo.

    • 13

      🙂 yo al principio pensé pasar del aparatejo por que mi piso es enano pero cuando vamos a casa de los suegros la verdad es que ayuda a no estar subiendo y bajando enemil veces—además oiga lo de la músiquita es un inventazo por que ahí se lo pongo y vuelve a caer roque—pero bueno ya aprendí que es un aparatejo muuuuy pero que muuuy dado a contar secretitos jejeje

  7. 14

    Ja, ja…yo durante meses estuve obsesionada con el dichoso aparato, el padre me prohibió comprar uno con cámara, bastante que ya no dormía como para estar pendiente de verlo, además decía que desde nuestra habitación se oía perfectamente al niño, no obstante yo lo ponía todas las noches, por si acaso…

    Ahora solo utilizo la base del cacharrito, porque tiene luz y música…

    Yo he tenido suerte, por el momento no se ha oído nada indiscreto, jejeje..!!!

    • 15

      Me imagino que tenemos el mismo si es luz y música… así que OJO por que es muy sensible para contar cualquier secretito jajajaj.
      De la cámara yo también lo dudé pero me imaginé a mi como búho viéndola toda la noche y por mi bien decidí sólo escuchar para al menos cerrar los ojos y descansar jajaja un abrazote!

  8. 16

    Jajajajajaja, pero qué bueno, me parto! Tanto si va en serio como si no, la historia es la leche. me pongo en situacón (bueno, mentalmente) y no puedo aguantar la carcajada.

    • 17

      Tan en serio como que me estoy planteando volver ir a casa de mi suegros (jajaj cualquier pretexto es bueno ¿no? :)) Además fue tan vergonzoso que tenía que “ventilarlo”…aún más jajaja besos!:)

  9. 18

    JAJAJAJAJAJAJ anda que dejarte el aparatito atrás!!! de tooodo aprendemos jajaja me meo contigo!! Besos!

    • 19

      Pues ya sabes—experimenta en piel ajena. Jamás se me hubiese ocurrido pero bueno “el sonido fue tan nítido” como si lo hubiese soltado ahí en frente. Sabes algo? Me quedo tranquila- se que escucho “perfectamente” el intercambio gaseoso de la Critter ja!—-me muero aún del palo

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