Hace mucho no me ocurría que algo me hiciera reír tanto que tuviera la necesidad de decir “esto es para post”. Estoy consciente que a lo largo de estos cinco años con el blog hemos evolucionado todos juntos y que quizás ahora nos reencontramos más por la instantaneidad de las redes. Sin embargo, hay momentos que valen la pena “inmortalizar” así que hoy quería contarte sobre mi infancia y la de veces que pregunté ¿te quieres casar conmigo?
De pequeña yo casaba a mis muñecas
No se por qué pero el vestido de novia me ha parecido desde siempre mágico: tan blanco, tan impoluto, tan de princesa que yo casaba a todas mis muñecas. De hecho, cuando era pequeña (tendría unos 7 años) mi madre me encontró jugando a la Barbie. Hasta ahí todo normal, pero en eso vio que Barbie y Ken estaban desnudos y yo estaba pegando sus cuerpos. Mi madre se alarmó y sabiamente preguntó:- ¿qué haces cariño? Y yo respondí que en el cole una chica me había dicho que si casaba a la Barbie con Ken y juntaba sus cuerpos tendría más Barbies…y allá que yo fui. Te imaginarás que a esa acción le siguió la mágica charla de “había una vez una abejita y la flor” y puaaaaaj nunca más quise desnudar a Ken…
El matrimonio es sagrado
Sí, que siempre me dijeron que el matrimonio era sagrado; pero desde pequeña nos inculcaron que “casarse era de guapas”. Me explico: en México, en la mayoría de los colegios, el 30 de Abril se celebra el “Día del Niño”. Normalmente ese día se hace una kermés que no es más que una fiesta donde se ponen hinchables, juegos como de feria, puestos de comida y uno se la pasa bomba. Sin embargo, el juego por excelencia era el juzgado.
¿Te quieres casar conmigo?
Sí, ese día uno aprovechaba y se armaba de valor. Se acercaba al chico o a la chica que le gustaba y le decía ¿te quieres casar conmigo? Y allá que íbamos al juzgado para que nos leyeran el acta de matrimonio y te daban un anillo. ¡Y ya está! Estabas casada con el chico o la chica que te gustaba. Esto no terminaba aquí, lo divertido era casarse muuuchas veces porque la más popular era la que tenía más anillos de casada.
¿Tan raro es?
Te cuento esto, porque justo hace unas semanas estuve en un evento en Oviedo y el fin de pasado estuve en Mallorca y conté ésta anécdota y les parecía loquísimo ésta costumbre de “fomentar el matrimonio y la poligamia” jajajaja pero oye ¡era mi juego favorito!
Así que hoy comparto una memoria muy divertida contigo y estoy segura que mi madre en su casa todavía guarda los anillos de todos mis matrimonios…
¿Y tú a que jugabas de pequeña?
en mi pueblo tampoco se juega a eso! a ver, varios juegan a casarse pero no tantas veces! jajaja
Barbies yo solo tuve una porque no me llamaban la atención, pero las de mis hermanas (que tenían TODO de Barbie) fueron precursoras del matrimonio homosexual xD
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Yo jugaba con cochecitos. Jajajaja. Vamos, es que ni a las muñecas. Cuando a veces me disfrazaba en casa “para una boda” me ponía un trapo rojo a modo de vestido y fingía que iba de dama de honor o de invitada o qué sé yo. Es decir, que yo quería fiesta pero cero responsabilidades. Más o menos como ahora. Jajajaja. Besotes!!!
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Jajajaja chica lista y desmadrosa 😛
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Jajajaajajaja nah no es raro.. ? O sí?
Sin embargo yo nunca me quise casar, me daba una pena… Cosa siguiente sigo sin pensar en el matrimonio jajajaja
Extrañaba visitar el blog!
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Pues acá les parece rarísimo jajaja y mira que a mi me parecía de lo más normal 😛 ¡Gracias por leer y comentar! Besotes hasta casa
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